lunes, 26 de enero de 2015

ARTICULO 10

LA FIESTA DE LAS FLORES Y DE LAS FRUTAS


La fiesta de las Flores y las Frutas es una celebración popular, que se lleva a cabo el 17 de febrero de cada año en la provincia de Tungurahua (Ambato-Ecuador), 40 días antes de Semana Santa. La Fiesta de la Fruta y de las Flores es denominada como una de las más hermosas celebraciones alrededor del país. Es la conmemoración a la perdida sufrida por los habitantes de la ciudad a raíz del terremoto del 5 de agosto de 1949

El nombre de la fiesta se debe a la gran producción local fruticosa y floral que coincide con los primeros meses del año. Cabe recalcar que en la ciudad de Ambato que tiene un alto nivel cultural, se ha prohibido los juegos con agua, harina, huevos y otros productos característicos del carnaval, que en otras poblaciones vecinas "juegan", invadiendo el espacio personal del turista.


Origen de la fiesta de la fruta y de las flores

Luego del terremoto ocurrido el 5 de agosto de 1949, en la ciudad de Ambato, que arrasa con gran parte de la ciudad y de sus habitantes, el pueblo buscó reactivarse y dejar de lado este suceso, por lo que los socios del Centro Agrícola Cantonal fueron el eje principal de la organización de la primera fiesta que se llevó a cabo el 17 de febrero de 1951.

1951 fue el punto de partida. La fiesta se realizó con características únicas por su contenido; aroma de frutas, perfume de flores, belleza de sus mujeres, manifestaciones de arte, cultivo de tradiciones; todo sobre una base de solidaridad, respeto y entusiasmo que situaron a Ambato en un pedestal de desarrollo cultural.

La fiesta fue entonces una manifestación de la voluntad de los ambateños, que aceptando el precio propuesto por la naturaleza a la belleza y fecundidad concedida a estas tierras, se levantaron con fervor y entusiasmo en búsqueda de respuestas tangibles al daño sufrido.

Fue en 1962, y mediante Decreto Ejecutivo N. 586, expedido el 18 de abril y publicado en el Registro Oficial N. 136, que el Gobierno Nacional Presidido por el Dr. Carlos Julio Arosemena Monroy, y siendo su Ministro de Gobierno el destacado ciudadano ambateño Don Alfredo Albornoz Sánchez, declaró a la Fiesta de la Fruta y de las Flores, celebración nacional.

Año tras año, la intensidad de las fiesta iba en aumento, varios elementos se han ido incorporando y el derroche de alegría y sana diversión se impregnaba fácilmente en ambateños y turistas; no hubo quien escape al regocijo.

Adicionalmente, desde el año 2003 el Colectivo Central Dogma organiza el Festival de Música Independiente y de Vanguardia FFF (Festival FFF), que se ha seguido realizando con gran acogida e ininterrumpidamente desde esa fecha, y se caracteriza por invitar a bandas de música de todos los estilos, nacionales y extranjeras, lo cual causa mucha expectativa y aceptación entre el público que se da cita a la mayor fiesta de los ambateños.

ARTICULO 10

LA FIESTA DE LAS FLORES Y DE LAS FRUTAS

 

 



La fiesta de las Flores y las Frutas es una celebración popular, que se lleva a cabo el 17 de febrero de cada año en la provincia de Tungurahua (Ambato-Ecuador), 40 días antes de Semana Santa. La Fiesta de la Fruta y de las Flores es denominada como una de las más hermosas celebraciones alrededor del país. Es la conmemoración a la perdida sufrida por los habitantes de la ciudad a raíz del terremoto del 5 de agosto de 1949
El nombre de la fiesta se debe a la gran producción local fruticosa y floral que coincide con los primeros meses del año. Cabe recalcar que en la ciudad de Ambato que tiene un alto nivel cultural, se ha prohibido los juegos con agua, harina, huevos y otros productos característicos del carnaval, que en otras poblaciones vecinas "juegan", invadiendo el espacio personal del turista.
Origen de la fiesta de la fruta y de las flores

Luego del terremoto ocurrido el 5 de agosto de 1949, en la ciudad de Ambato, que arrasa con gran parte de la ciudad y de sus habitantes, el pueblo buscó reactivarse y dejar de lado este suceso, por lo que los socios del Centro Agrícola Cantonal fueron el eje principal de la organización de la primera fiesta que se llevó a cabo el 17 de febrero de 1951.

1951 fue el punto de partida. La fiesta se realizó con características únicas por su contenido; aroma de frutas, perfume de flores, belleza de sus mujeres, manifestaciones de arte, cultivo de tradiciones; todo sobre una base de solidaridad, respeto y entusiasmo que situaron a Ambato en un pedestal de desarrollo cultural.

La fiesta fue entonces una manifestación de la voluntad de los ambateños, que aceptando el precio propuesto por la naturaleza a la belleza y fecundidad concedida a estas tierras, se levantaron con fervor y entusiasmo en búsqueda de respuestas tangibles al daño sufrido.

Fue en 1962, y mediante Decreto Ejecutivo N. 586, expedido el 18 de abril y publicado en el Registro Oficial N. 136, que el Gobierno Nacional Presidido por el Dr. Carlos Julio Arosemena Monroy, y siendo su Ministro de Gobierno el destacado ciudadano ambateño Don Alfredo Albornoz Sánchez, declaró a la Fiesta de la Fruta y de las Flores, celebración nacional.

Año tras año, la intensidad de las fiesta iba en aumento, varios elementos se han ido incorporando y el derroche de alegría y sana diversión se impregnaba fácilmente en ambateños y turistas; no hubo quien escape al regocijo.

Adicionalmente, desde el año 2003 el Colectivo Central Dogma organiza el Festival de Música Independiente y de Vanguardia FFF (Festival FFF), que se ha seguido realizando con gran acogida e ininterrumpidamente desde esa fecha, y se caracteriza por invitar a bandas de música de todos los estilos, nacionales y extranjeras, lo cual causa mucha expectativa y aceptación entre el público que se da cita a la mayor fiesta de los ambateños.


 

 


miércoles, 21 de enero de 2015

ARTICULO 9


MONASTERIO DE TILIPULO
El monasterio original fue construido alrededor de 1.680 por el arquitecto Marco Guerra, con el nombre de San Juan Bautista de Tilipulo. Inicialmente esta hacienda pertenecía al cacique inca Sancho Hacho. A inicios de la época colonial el valle situado al norte de Latacunga formó parte de la encomienda asignada a
Rodrigo Núñez de Bonilla.
En el siglo XVII luego de un proceso de fragmentación de propiedades se formaron diferentes haciendas entre ellas Tilipulo Grande, consolidada por Don Ignacio de Arteaga. En 1.696 la hacienda pasó a manos de don Fernando Dávalos, quien inició el obraje para la producción de paños y bayetas. Su esposa, doña María Villagomez de Larraspuru al enviudar, continuó la expansión del predio y aumentó notablemente el volumen de producción textil.
En 1.763, fue vendida al Marqués de Miraflores, Antonio Flores y Vergara. En este período, el obraje alcanza su óptimo nivel de producción y por esta época se construye la gran iglesia San Juan Bautista de Tilipulo, que representa la más importante construcción del casco de la hacienda.
Más tarde pasó a manos de don Manuel Larrea y Jijón, Marqués de San José, quien acrecentó la extensión del predio, restauró los obrajes y más construcciones que habían sido afectadas por un incendio, e inició la exportación de textiles.
A finales del siglo XIX, el obraje decayó, como casi todos los de la sierra ecuatoriana, porque el mercado fue ocupado por textiles importados. 

 

ARTICULO 8

SOMBRERO DE PAJA TOQUILLA

Muchas leyendas giran en torno al origen del sombrero de paja toquilla, lo que ha impedido tener con precisión un referente histórico concreto sobre la época y año en que apareció esta manufactura en Ecuador, aunque algunos historiadores señalan que se remonta al Período Formativo (3.500 a.C–500 A.C), representado principalmente por las Culturas Valdivia y Chorrera. Pero lo que si está claro y desde siempre, es que esta hermosa prenda es ciento por ciento ecuatoriana, elaborada artesanalmente por hábiles manos de mujeres y hombres de Montecristi, Jipijapa, en Manabí (Costa);y, Cuenca en el Austro ecuatoriano.

El libro “Tejiendo la Vida”, de María Leonor Aguilar, recuerda que “históricamente los Huancavilcas, Mantas y Caras, aborígenes que moraban en el territorio de las provincias que hoy corresponde a las provincias de Guayas y Manabí han sido considerados como habilísimos tejedores y trabajadores del arte textil”; y afirma que seguramente de ellos heredaron, las cualidades que hasta hoy mantienen los hábiles artesanos de estas poblaciones y que posteriormente su enseñanza se extendió hasta Cuenca- Azuay (1835) y en 1845 a Azogues, provincia del Cañar, para superar la estrechez económica que afectó a sus pobladores. En 1849 los sombreros de Montecristi, Jipijapa y Cuenca se vendían ya en el exterior (Panamá).

En 1855 se inaugura en París una exposición mundial preparada por el francés Philippe Raimondi, a la asiste Panamá con una colección de sombreros de paja toquilla, elaborados en tierras manabitas (Ecuador). Esta colección impresionó favorablemente al habitante europeo por la finura del tejido. Obsequiaron un sombrero fino a Napoleón III, emperador de Francia, este se paseó por la feria y presumió de su elegancia; el hecho causó la inquietud de otras personas que preguntaros cómo adquirirlo. Al haber obtenido éxito en la exposición, se continuó con el negocio. Pero en el catálogo de la exposición no aparece el nombre del Ecuador como país expositor y es en el espacio reservado a “Comarcas diversas” donde se explica el puerto de procedencia de donde se embarca con el nombre del expositor y su lugar de residencia, en dicho catálogo se habla de un sombrero con “tejido de paja”.

 


ARTICULO 7

CORPUS CHRISTI

La fiesta del Corpus Christi, una celebración religiosa cristiana de las culturas andinas, que expresa el agradecimiento a las cosechas obtenidas, vuelve este año con energía y color a las calles del cantón Pujilí (Cotopaxi), en donde la población espera la visita del turista nacional y extranjero.

Las celebraciones iniciarán el 14 de junio y concluirán el 22 del mismo mes con el desfile de las comunidades indígenas; ese día participarán alrededor de 20 comparsas, pero uno antes, el 21, cerca de 70 delegaciones de todas las provincias del país bailarán por las calles de Pujilí.

En dos horas de trayecto, quienes más se lucen son los tradicionales danzantes. Hombres vestidos con túnicas de las cuales se prenden y cuelgan objetos como espejos y decorados de todo tipo.

En el caso de los danzantes mestizos esos cabezales pesan 12 libras, en tanto que los indígenas llevan una de entre 15 y 20 libras.

Al final de la jornada, además de la satisfacción de lucir alegres e irradiar energías de agradecimiento, las tres mejores comparsas recibirán sus premios. El primer lugar un danzante de oro y mil dólares en efectivo, el segundo, un danzante de plata y $700; y el tercer lugar uno de bronce y $300 de premio al esfuerzo, según explicó Fernando Matute (AP), alcalde de Pujilí, quien visitó las instalaciones de este Diario para promocionar la ancestral celebración e invitar a la población nacional y extranjera a sumarse a los festejos.

El danzante en el cantón Pujilí es tan importante que Matute adelantó la construcción de uno de tamaño gigante. Tendrá unos 50 ó 60 metros de alto, similar a un edificio de 25 pisos.

El edil indicó que esa figura se levantará en el cerro Sinchahuasín, ubicado en lado occidental de Pujilí, como un vigilante permanente de la ciudad en constante desarrollo.



ARTICULO 6

LA CATEDRAL DE CUENCA

La catedral de Cuenca, fue construida en época de Alfonso VIII, rey de Castilla, construida a iniciativa de la reina Leonor de Plantagenet, que reconquistó la ciudad tras un largo asedio que tuvo lugar desde el 6 de enero hasta el 21 de septiembre de 1177, festividad de San Mateo.

Se halla en el lugar que ocupaba una antigua mezquita árabe y que en la actualidad se conoce bajo el nombre de Capilla Honda, de la que se conservan unas esplendidas puertas mudéjares que sirven de paso a la vieja capilla

Reconquistada á los moros la ciudad de Cuenca en 1177, el rey Alfonso IX, de León, nombró obispo de aquella diócesis á D. Juan Yáñez; el arcediano San Julián, que había acompañado al rey en la conquista de Cuenca, se quedó en esta ciudad, donde permaneció seis años para ayudar á establecer casi de nuevo la religión cristiana. Pasó luego á Toledo, y, muerto en 1195 el obispo D. Juan Yáñez, el rey D. Alonso obligó á San Julián á aceptar la silla episcopal de Cuenca.

La Catedral de Cuenca es la primera construcción del arte gótico acometida en Castilla, con unas dimensiones inferiores a las grandes Catedrales del mismo estilo.

El estilo es gótico inicial con una influencia franco-normando, fruto de la contratación de canteros franceses, mediante las donaciones de Alfonso VIII. Las obras comenzaron en 1182 y duraron hasta 1257, posteriormente durante siglos fueron incorporándose numerosas actuaciones que cambiaron su fisonomía, desde el románico al arte abstracto de los últimos vitrales .

Se comenzó por la cabecera de influencia románica tardío, en transición al estilo gótico entre 1190 y 1250 con cinco ábsides escalonados, transepto y tres naves en el cuerpo principal.

En 1208 se produce la consagración como iglesia catedral basílica de Nuestra Señora de Gracia.

Posteriormente Fernando III cambia la fisonomía de la fachada convirtiendo los escalones de la entrada e incorpora las torres laterales de estilo normando.

Las obras se desarrollaron en el siglo XIII en que se construyó el mal llamado triforio, tan original como hermoso, al tener ventanales moldurados y decorados con estatuas de ángeles y un óculo superior que ahorra el piso del claristorio como fuente de iluminación, aunque restando altura. Las bóvedas, coincidiendo con el gótico primitivo del norte de Francia son de crucería sexpartita.

En 1448 se adapta la cabecera para abrir una doble girola y se añade a la planta.
En el siglo XV se construye la sacristía y la sala capitular, detrás de la girola y se adosan a ella algunas capillas.
En el siglo XVI se edifican algunas capillas como la de los Apóstoles, la de los Albornoz y el arco de Jarnete que abre el claustro, también construido en esa época.

En el siglo XVII se levanta la capilla del Sagrario y se le encomienda la reforma de la fachada a los arquitectos José Arroyo y Luis Arriaga, imponiendo el estilo barroco pero conservando parte de su esencia gótica.

En el siglo XVIII Ventura Rodríguez realiza varios altares, en especial el de la Capilla Mayor.

En 1902 se produce el hundimiento de la torre de Giraldo, esto afectó gravemente a la fachada del templo, su reconstrucción se ha alargado hasta nuestros días.


ARTICULO 5

CRISTO DEL CONSUELO

La imagen del Cristo del Consuelo recorrerá mañana las calles del suburbio guayaquileño recogiendo –por 53 años consecutivos– muestras de fe y los pedidos de cientos de miles de feligreses.

La imagen se ha convertido en una de las más emblemáticas a nivel nacional e internacional de las procesiones por Semana Santa, sin embargo, muy pocos conocen su origen, ni las situaciones que originaron que sea tan venerada.

Gloria Macías, una de las precursoras de la procesión del Cristo del Consuelo, desempolvó un pequeño folleto donde se cuenta esa historia, está entre sus pertenencias más preciadas, aunque no es necesario que lo lea, pues estuvo allí, el 15 de abril de 1960 cuando la imagen llegó a la calle Lizardo García y la A, cuando este sitio era puro manglar y agua. “Esto era una pampa, lo pusieron en lo alto y era la novedad”, recuerda doña Gloria, quien tenía 5 meses de embarazo en ese entonces.

Con emoción rememora la historia del por qué su parroquia llegó a ser del Cristo del Consuelo y no el Señor de la Misericordia como se planeaba en la década del 60.

Luis Alvarado, hermano de Leticia Alvarado, colaboradora y amiga del padre Ángel María Canals, párroco de la iglesia en ese entonces, tuvo un papel importante. Luis Alvarado partió en marzo de 1959 a una gira por Europa para visitar los templos religiosos más importantes.

Su primera parada fue en Madrid, en el santuario del Inmaculado Corazón de María, donde una imagen del Cristo del Consuelo captó de inmediato su atención, tanto que consiguió estampas de la imagen para traerlas a Guayaquil, no obstante, la muerte lo sorprendió en su siguiente punto, Portugal, cuando descansaba en un hotel fue asesinado.

Alvarado fue enterrado en ese país, pues no eran comunes las repatriaciones de cadáveres en ese entonces, pero, por la insistencia de su hermana, el padre Canals logró traer el cuerpo, por barco, a Guayaquil.

Para sorpresa de la familia de Alvarado, entre sus pertenencias se encontraron las estampas del Cristo del Consuelo, que fueron entregadas al padre Canals. Desde ese momento el Cristo del Consuelo sería el santo patrono de la parroquia. Canals encargó la hechura de una réplica de la imagen al maestro cuencano Julio Quispe por un valor de 5.000 sucres, sin embargo, este subcontrató a Julio Jimbo por 4.000 sucres. “Eso fue una anécdota graciosa, porque el primer maestro se ganó 1.000 sucres”, recuerda sonriente Macías.

La imagen llegó a la urbe una semana antes de la primera procesión y desde allí ha acumulado en cada recorrido la esperanza de los guayaquileños.